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Realidad de las niñas y adolescentes migrantes durante la pandemia COVID-19

Los impactos socio-económicos, las restricciones de movimiento y el cierre de fronteras, consecuencia de la pandemia del COVID-19, han exacerbado la violación de los derechos de la población migrante, especialmente las niñas y adolescentes.

(PANAMÁ - 3 de Agosto de 2020): La región de las Américas es testigo de dos de las peores crisis migratorias del mundo: el flujo de personas venezolanas, mayoritariamente asentadas en Colombia, Brasil, Ecuador y Perú; y la población del Triángulo Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador) que migra hacia México y Estados Unidos.

La situación en sus países, sumadas a políticas migratorias cada vez más restrictivas, impide a la mayoría regularizar su estatuto migratorio, viéndose desprovistos del acceso a servicios básicos, como la salud. En el contexto de la pandemia del COVID-19, las condiciones de vida empeoran siendo las niñas, niños y adolescentes migrantes, alrededor de siete millones, los más afectados. En efecto, sus derechos fundamentales, tales como el derecho a vivir con sus familias, libres de violencia, de acceder a la educación se han visto altamente vulnerados, sin que se vislumbren respuestas.

“Aunque las condiciones de los dos flujos migratorios son diferentes, en ambos contextos, las circunstancias representan riesgo de violencia contra la niñez. Hay muchos casos de niñez no acompañada, sobre todo en el Triángulo Norte donde la principal motivación es la reunificación familiar. Los medios de supervivencia están restringidos. No hay acceso a oportunidades laborales. En los países hay miles de migrantes en circunstancias difíciles, en pequeños albergues improvisados, atrapados y sin poder recibir la atención adecuada. Las medidas sanitarias impuestas por los países hacen que muchos migrantes se queden detenidos en las fronteras o en las ciudades durante el tránsito de sus recorridos”, explica Nicolás Rodríguez, Gerente Regional de Gestión del Riesgo de Desastres de Plan International.

Regresar o seguir: el dilema de millones

Victoria*, una adolescente venezolana de 14 años, relata como su madre vendió su propio pelo en la frontera de Venezuela con Colombia para lograr llegar a Ecuador, a principios de este año. Desde su llegada, se esforzaron por asentarse, proveyendo servicios de limpieza en la capital. Para ese entonces, Victoria no consideraba todavía la posibilidad de retomar sus estudios. “Por ahora tenemos comida y un poco de ahorros. Recibimos ayuda financiera por parte de Plan International y eso nos permitirá estar tranquilas unas semanas. Nuestra idea siempre ha sido quedarnos, pero no sabemos qué pueda pasar, no sabemos si tendremos que regresarnos a Venezuela…”, explica Alba*, la madre de Victoria, quien no ha producido en semanas debido a la emergencia sanitaria.

Regresar a un país, que carece en su mayoría de servicios permanentes de agua y electricidad y cuya infraestructura sanitaria está prácticamente colapsada, representa para muchos el fin de toda esperanza. Sin embargo, ante la falta de empleo, de recursos económicos, los desalojos ilegales y las extorsiones, más de 81.000 migrantes venezolanos han decidido volver a su país natal. En el contexto del Triángulo Norte, el debate no es más sencillo siendo las principales causas de migración la violencia y la reunificación familiar. Así mismo, quienes han regresado a sus comunidades denuncian haber sido víctimas de discriminación y amenazas, al ser acusados de portar consigo el COVID-19.

A la incertidumbre se suman los riesgos del camino y de asentarse nuevamente. Plan International, una ONG internacional que trabaja por los derechos de la niñez y la igualdad de las niñas, alerta sobre los riesgos de abandono, agresiones a su salud física, abuso, violencia, explotación sexual, discriminación y reclutamiento forzado que enfrentan todos los días miles de niñas y niños migrantes.

“Las niñas y adolescentes mujeres son particularmente vulnerables, al vivir una doble discriminación por su género y edad. En este sentido, están más propensas a ser sujetos de la explotación sexual, sin que se reconozca su calidad de víctimas, debido a estereotipos y creencias que naturalizan el pago por sexo con mujeres y niñas y las responsabilizan. Así mismo, al ser menores de edad, sufren por la negligencia de las autoridades locales”, explica Amalia Alarcón, Gerente Regional de Programas de Influencia de Plan International.

Desde 2018, Plan International ha desarrollado un Programa de Respuesta Regional a la Crisis Venezolana, implementado acciones en Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela, que ha beneficiado a más de 300.000 personas. Así mismo, se han realizado acciones conjuntas entre las oficinas de El Salvador, Honduras y Guatemala para dar soporte a la comunidad migrante y de acogida. Ambas respuestas contemplan entre sus principales acciones la protección integral de la niñez y adolescencia, incluyendo la prevención de violencias basadas en género y las violencias sexuales, el acceso y permanencia en la educación de calidad y el empoderamiento económico y social a las personas más afectadas por la crisis, principalmente las niñas y jóvenes mujeres.

En el contexto de la pandemia COVID-19, Plan International está implementando un programa de respuesta regional en trece países, que tiene como objetivo apoyar a las niñas, los niños, las familias y las comunidades para hacer frente a los impactos de la pandemia; así como apoyar los programas de respuesta de los gobiernos nacionales y locales para limitar la propagación y el impacto de COVID-19.

“Es urgente que se faciliten corredores humanitarios en las zonas de frontera para que se autorice el paso y se proteja a los migrantes, refugiados y personas en condición de movilidad forzada. Especialmente se presentan flujos de migrantes represados en las fronteras de Guatemala y México en Centroamérica y en las fronteras de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Brasil, en Suramérica. Los migrantes han quedado atrapados, sin medios de subsistencia y sin acceso a servicios básicos, dado el impacto generado por la pandemia del COVID-19”, asegura Rodríguez, quien enfatiza sobre la importancia de abordar la emergencia migratoria y sanitaria desde una perspectiva de respuesta a corto y largo plazo.

Fotos de respuesta de Plan International en Colombia: https://bit.ly/migracion-plan

Acerca de Plan International: https://plan-international.org/es/latin-america

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Horacio Garcete
Gerente Regional de Comunicaciones para América Latina y el Caribe
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Acerca de Plan International:

Somos una organización humanitaria y de desarrollo que promueve los derechos de la niñez y la adolescencia, y la igualdad para las niñas. Sin filiación política, religiosa ni gubernamental.

Plan International fue fundada en 1937 y desarrolla sus acciones en más de 70 países de todo el mundo.

En Latinoamérica y El Caribe trabajamos con niñas, niños, jóvenes y familias en 13 países, a través de programas y proyectos comunitarios para el empoderamiento de derechos y promoción de la igualdad de género.